Por Charlie
La noche y su luna nos vieron palidecer.
Quienes trasnochan me darán razón, la verdad está tras esas paredes.
Las sombras herméticas salen a la superficie, los Pepenadores, las Prostitutas, los vagos y apacibles y justicieros y justos como yo y mis amigos. En un bar nos hallamos a un tipo tatuado y vestido de camuflado, nos invita un trago y nos indica una foto de Marilyn Monroe.
Afuera al irnos nos detiene la Policía y al hallarnos armados nos sentencian a tras meses en la prisión, pero ocurre un milagro ya que nos creen los justicieros que andan por allí matando vagos y ladrones, nos liberan.
Nos vamos a las salas de velación a besar viudas y huérfanas, a veces hasta nos enamoramos de las difuntas ¡son tan calladas!. Estamos enfermos, es cierto; el insomnio es fatal, pero lo que no saben ustedes es que vivimos la noche para llevarle la contraria a los que de día nos reclaman por dormir tanto.
Esta noche es especial, un tipo nos ha invitado un trago, la Policía nos ha dicho - señores - y todo el mundo nos rinde preitesía.
Sin embargo la noche mina nuestra autoestima y concertamos ir a suicidarnos al río, y estábamos todos en un circulo cuando a alguien se le ocurre asomarse a la orilla y mira un papelito que trae la corriente y ¡zas! otro milagro, es la foto de Marilyn Monroe, la misma foto que el hombre portaba en el bar... Y es que al otro día se sabe que ese señor era el justiciero que andaba matando vagos y ladrones y que decidió quitarse la vida y para eso se fue al puente y se apunto con el arma en la sien al mismo tiempo que se aventaba desde las alturas, pero falló, el tiro no le mato sino la caída...
Y para nosotros hubo otra oportunidad: al César le decomisaron el arma, al Tapita se le encasquilló, y a mí me cogió la cobardía al punto de casarme con una mujer para esquivar a la misma muerte. Cada quien se rasca como puede.
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