Por María Alejandra Erazo Vega
Por naturaleza el humano piensa siempre en sí mismo antes que en los demás. Evocación clara y precisa de que eso de la solidaridad es pura culpa expresada. En Colombia mi país se dice que la paz se perdió hace casi sesenta años, pero yo digo, ¿la invasión española no cuenta?, así como tampoco cuentan los mil actos de abuso y maltrato hacia la mujer y hacia la niñez. Y es que debemos entender que no educar a un niño o niña también es ejercer violencia. Ya los profetas, pitonisas y adivinos dijeron la máxima: "con desigualdad no hay paz". La tolerancia es difícil, el prójimo a veces es imposible, nuestro rencor se explaye por doquier en forma de átomos y apenas si el amor nos permite aproximarnos al otro, pero con un propósito escondido. La paz aunque sendos doctos del conflicto y barbudos pioneros digan que se puede lograr con la firma de un pedazo de papel, la guerra seguirá y se ensañara con aquellos que nada deben, ni tienen.
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