Por MALEV
Mi esposo tuvo para mí, la decencia de engañarme y contarme de sus aventuras, ¡claro! el "señor" esperaba verme dormida y al oído confesarme sus culpas. Desperté un día con la sorpresa de que una "bruja" había dañado mi amoroso hogar, por su puesto la prédica ¿Qué tiene ella, que no tenga yo?. En primer lugar la ladina se había teñido el pelo de rubio y como era una costeña llevaba una piel bronceada y curvas notables curtidas con prendas de vestir que apenas tapaban lo básico, era una "devora hombres" desalmada y sorda, no le importo meterse con un hombre casado y con hijos. Así que cuando lo del divorcio y luego de algún tiempo mi ex esposo quiso volver atrás citando las desventuras a que fue sometido por su nueva pareja, yo simplemente le insinué "te lo dije" y él con furia consulto "¿cuándo?" y yo: "al oído, mientras dormías".
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