Por XervanteX
Una dama sabe cubrir sus secretos con una sonrisa o con su belleza. Pero hay damas que valen lo que un auto de lujo o una casa, o mejor que un viaje a la luna. Hay armas tan letales que no contentas con herir, envenenan.
El amor tal y como la guerra da para todo, y en un sentido y otro es una expresión que endulza el espíritu y como lo decía Platón "A la luz del amor todo hombre es Poeta", pero de una dama qué se podrá decir a más del emblemático sentir que a veces parece que embriaga de forma pasajera su razón y corazón.
A veces las armas no demuestran estar cargadas, ni se aprecia su peligrosidad hasta que se comprueba su filo y calibre extremo, a veces el amor viene precedido de una dosis de rencor tratándose de apagar, y luego se sigue una montaña rusa de acontecimientos en cadena, una amor que venga a otro causando celos, envidias y hasta privilegiando su estado y anulando a la persona.
El amor es pensamiento y gracias a eso se explica su velocidad, la obsequiosa consigna de que el amor a primera vista si existe y la espera que a veces se precisa en espera de que aparezca alguien que piense lo mismo y que por tanto haya ese destello.
Tanto como un cañón proyecta su fuego o como una bala puede herir a varios, así el amor puede que sea asunto no solo de dos, sino que haya que distribuir con uniformidad, es entonces cuando una dama puede dejar de amar a su esposo por trasladar ese amor a sus hijos o viceversa. Pero hoy se esta viendo ya que el amor es una esquirla potente que rebota e incluso se proyecta e incide en la manera de ser de las personas, hay enamorados más peligrosos que asesinos seriales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario