Por César V.
Se nace, se enferma y se muere (el amor es la enfermedad más fatal).
Bajo del parapeto y me agrego a la multitud de la séptima.
Marchan hombres honorables y mujeres indecentes... me ofrecen un volante publicitando: una nueva casa de citas, las mujeres están devaluadas, hay tantas... tengo hambre y busco un café...
A lo lejos un estruendo de pólvora, no es pirotecnia son disparos... un auto choca... una mujer grita y un niño llora de hambre... yo no tengo la solución para nadie... un día quise arreglar mi vida siendo honesto... no resulto... a la mierda los sistemas del capitalismo... la iglesia te pide limosna y decencia sacramental, la política te pide un voto y que pagues impuestos, la economía te da en la cara volteando la esquina, hay guerra por todo, en el sexo la mujer termina siendo una típica y vulgar prostituta del sistema, si no le pagas con dinero, le pagas con la compañía... y el hombre termina siendo usado.
Me siento en el andén y me llueven monedas, doy lástima, quizá sea bueno buscarme un perro o una mujer que den también lástima quizá un niño o dos...
Tengo dinero gracias a que en el camino me torcí... la noche apunta a que hará un frío tenaz.
Selecciono a la Puta y me voy por la séptima de gancho con ella, imitando a los grandes señores, vamos a lo que vamos, la mujercilla tiene unos pechos retraídos pero de pezones firmes por el frío, le alerto de que no quiero besos, ni sexo, solo quiero hablar mientras me convenzo de que sigo vivo...
Ella esta ya desnuda y su sexo despide un aroma a eucalipto y alcanfor... la pobre chica tiene una infección allí... por eso me ofrece un condón... Al despedirme de ella le dí para que comprará medicina, cuando fue a tomar el dinero le robé un beso en la mejilla y me obsequió una sonrisa...
Otra vez en la calle en la soledad de mi mismo alguien estira la mano para pedir la caridad, no soy Cura, ni político, soy un criminal prófugo, si, escape de una mujer que me quiso otra vez traer de nuevo al mundo.
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