Por Emilio Suárez
Hay personas que ganan una velocidad en su vida y también una distancia y solo es cuestión de tiempo para que se las extrañe. La vida paree muy injusta en tramar sus redes para distraernos de lo elemental y cuando ya precisamos volver es tarde. Por eso el arrepentimiento, por eso el descontento, por eso el continuo desafiar, el inconformismo y desconcierto.
Una sola bala viaja demasiado rápido pero uno se la pasa pensando en qué será lo que realmente le mata, si la velocidad, o la distancia o el tiempo.
La vida es muy corta para la contemplación del mundo, aquí hay que pervertir el alma e ir a descubrir quien mueve el móvil.
El pretexto no es tener algo o a alguien por el que vivir, sino estar en la disposición de sacrificarse para la verdad.
Tenemos todas las alternativas para olvidarnos de lo externo y dedicarnos a conocernos.
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