Por Emilio Suárez
Yo serví a mi Patria,
Pero tuve que irme para seguir conservando lo que más valía para mí.
Junto a mi madrecita fui a la madre patria; mamá murió y yo quedé solo.
No me casé, no tuve ni un hijo y hoy creo es tarde para todo.
A alguien que cuenta esto siempre le reclaman haber perdido tanto tiempo y no haberse enamorado, ni haber hecho algo de su vida.
Y uno se avergüenza y entonces trata de inventar historias y dolores.
Uno no quiere perderse la fiesta y tampoco parecer un bueno para nada: alto y acaba ropa y tonto además.
Alguna vez les conté que tenía un amigo que se hacía llamar César pero que nos quedamos sin saber cómo en realidad se llamaba... como el chavo del ocho... lo que pasa es que cuando dije que del tipo que les hablaba era un super amigo se me rieron en la cara.
Estuvo bueno eso de no contarles entonces que el César les pagaba las cirugías plásticas a las Prostitutas y luego ellas como locas lo buscaban para estrenarse las tetas o las nalgas o qué se yo... pero el tipo ni señas... y quizá a usted le parezca "sucio" hablar de esto, no me crea entonces.
Pero a veces se me escapa alguna frase celebre de mi amigo César y no paro de hablar de sus proezas y de querer que la otra persona abra la boca y lance una exclamación un ¡oooohhhh! descomunal, pero después de todo me llega una pregunta para la que no he tenido respuesta y es "este chico del que nos comenta que hizo esto o aquello ¿en qué es que trabaja?" A mi me da ganas de decirles que no tengo ni una puta idea de qué era lo que hacía ese tipo, pero de que tenía dinero, lo tenía.
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