Por Alejandro
¿Me preguntas el por qué me gustas las crispetas?
Rosetas, cabritas, canchitas, palomitas de maíz, pochoclo, cocaleca, cotufas, no sé qué otros nombres tienen pero acá las conocemos como crispetas.
Y te comento si hay lugar para esto... Un día el Emperador nos mete en un laberinto porque nos vienen siguiendo.
No es que me gusten tanto pero ese día andaba yo con una bolsa con crispetas y mi boca hace ruido cada que mastica una y otra y otra, con el peligro de ser sorprendido y sin saber que suerte nos ocupa, no hay una salida sino dos y por lo tanto debe ser que por una de ellas vienen los que nos siguen.
Dejo de comer las crispetas y mis amigos me miran perplejos como voy regando las crispetas por el suelo, la premisa es que me volví loco.
Ni tanto, nos ocultamos al otro extremo y en efecto escuchamos como nuestros perseguidores pasan por encima de las crispetas produciendo un chasquido que devela su ubicación, entonces corremos hacía el lado contrario y nos salvamos. Yo quedo como un héroe.
No me juzguen mal un Contador Público también tiene sus aventuras, y sus pretextos para seguir aquí a la par de tanta conspiración.
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