¿Los conductores ebrios son un problema de salud pública en Colombia?
Digo yo ¿cuál salud?, todos atacan al individuo que abusa del licor y del volante, nadie alza la mirada y ve al cúmulo de gente que se dedica a fabricar la bebida a distribuir el vicio bajo la venia del gobierno.
En Colombia es una lástima que el alcohol sea parte de la cultura, fiesta sin licor no es fiesta, dicen. La cuestión es que un conductor ebrio en las calles se convierte en un sujeto armado y peligroso igual que si llevara un arma de fuego y apuntara indistintamente a la humanidad de los peatones. Pero hay que abrir los ojos el dichoso LICOR además de surtir a conductores embriagados es culpable de los siguientes agravantes:
- Peleas y agresiones contra terceros o en su defecto maltrato intrafamiliar
- Acceso carnal violento (Violación) con secuelas físicas y psíquicas
- Enfermedades agudas
Pero la pregunta del millón es por qué no se toman medidas comenzando desde el control en la producción y distribución del alcohol. Es sencillo precisar que la industria del licor es rentable tanto como la industria de las armas, igual los señores productores y distribuidores se escudan en que quienes consumen licor lo hacen a voluntad y nadie los obliga tal y como quien tiene un arma de fuego sabe los riesgos, en ambos casos tanto quien consume alcohol como quien porta el arma corren un riesgo personal.
Recurriendo a las azarosas estadísticas en Colombia hay dos millones de personas que viven directa o indirectamente relacionados al comercio del alcohol y se precisa que 368 personas en promedio al año mueren por hechos relacionados al licor, con el promedio de una persona diaria.Sabiendo que los impuestos que salen de la producción y comercialización del licor financian la salud es preciso reflexionar si un vicio nocivo puede traer algo bueno, bien podría decirse que en agua sucia también pueden lavarse las manos, hay criterios.
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