Por Carlos Alvárez
"Yo soy Dios... huid de mi..." Gonzalo Arango
Y seguimos sin embargo invocando a la "nada" que se podría decir es la "vida". Yo mismo me he puesto a pensar si para mí existió algún propósito al traerme aquí, a más de hacer feliz a una mujer, y a unas niñas, no sé, pierdo la fe y me postulo al vacío existencial. Mi afición literaria me ha salvado de la critica realidad, algún día mi suicidio será inevitable, así sea que renuncie a levitar y a creer en la humanidad, todo esta perdido, me salva también la esperanza y empeño que le ponen los niños a la vida, los niños saben decir "te quiero" con esa suficiencia y sinceridad que aplaca cualquier miedo, también los chicos especiales. Los adultos somos infieles y peligrosos, nos empeñamos en complicarnos la vida en azares y posibles milagros, en la mente matamos a la gente y la despreciamos con el olvido, la envidiamos a veces. A veces pienso en que tenemos que hacer el mismo sacrificio del Crucificado, hacernos condenar y matar aún siendo inocentes, espero con paciencia esa hora, solo me encantará el momento cuando mirando a las mujeres llorar podré decirles: "No lloréis por mí, sino por ustedes y por sus hijos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario