Por Emilio Súarez
"Pero si eres un niño" dice la emblemática mujer que parece un árbol de navidad de tantas alhajas y maquillaje, pero el chico le mira el centro, no el busto sino el corazón... A propósito al chico le encontramos extraviado en el centro comercial, su mamá debió abandonarlo para ir a ver sus accesorios y bisutería... El César le ha comprado un helado y el chico nos sigue a todas partes; mientras que le reconvengo que lo mejor sería que devolviésemos el niño a la oficina de información para que por los parlantes llamen a su mamá, Charlie dice que el niño está muy cómodo, pasan las horas y no hay ningún anuncio sobre el niño extraviado, o bien su mamá no le quiere o desea tanto deshacerse de la criatura... El César utiliza al niño para conquistar a una chica encargada de la seguridad del centro comercial. En esto una voz filtrada a través de los altavoces anuncia que hay un niño extraviado, de inmediato la chica con la que habla César se dirige a cubrir una de las entradas, sin embargo el niño y el César se dirigen en sentido opuesto, van y juegan en los probadores donde el César y el niño descubren a más de una mujer en una denudes cómica, van por más helado, y hasta el César le compra un cochecito de juguete al niño y al fin le dice indicándole a la chica de seguridad que vaya y le diga que se perdió. Huimos como los héroes que nunca seremos, dispuestos a perdernos como aquel niño que esperamos no olvide ese acontecimiento.
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