Por César
El Derviche se mató porque creyó ser inmortal, pero nada de eso. Sucumbió en su afán de rendir culto a los inmortales. Idea mundana que nos hizo perder a tres grandes amigos. Uno se muere para siempre y no resucita en el mismo tiempo, ya cuando vuelve el mundo es miserable y ya no hay caso. Esto se va degenerando, vean las religiones prometiendo salvaciones, vean al cielo solo lloviendo, vean al universo prestando pleitesía a la física de los cuerpos. Nosotros somos la saturación universal del caos, una fuerza que devasta, que sindica, que acorrala, que esclaviza, para nosotros el sol solo es una pila, y el prójimo los obstáculos, la caverna de Platón es este suelo. Escribimos por una carencia afectiva y un complejo de miseria, la cuestión es que la suerte esta de nuestro lado.
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