Por Fernando Saldarriaga
Ahora no nos sacia el pan, pedimos la mantequilla. Tenemos egos elevados y bajas estimas. Recuerdo que el César Vélez hizo posible que muchos de nosotros nos graduáramos como Profesionales en Universidades Privadas con el mínimo esfuerzo, esto es comprábamos el título profesional, aunque no aprendimos nada, valoramos a nuestro amigo porque él si sabía de la vida y descartaba el hecho de que ser profesionales nos promovería a algún lado.
Es sorprendente que de los paisas como César y el Profeta Gonzalo Arango, nos hayan dañado la cabeza invitándonos a aceptar la existencia tal como es y a nosotros mismos tal como somos. Y allí vamos con los bolsillos vacíos y la mente llena de ideas, escribiendo y vomitando. Yo no sé si llegaremos a ser tan famosos como cualquier Premio Nobel, pero estamos haciendo el mal para luego redimirnos con buenas obras, generamos expectativa y a veces miedo; a veces incertidumbre y a veces caridad, unos hemos pisado la cárcel otros el manicomio y otros la cocina por ser pendejos y casarnos con el amor de toda nuestra vida.
Para mí este tipo "XervanteX" se merece el Nobel de Literatura y un millón de dólares por su trajín de pensar que lo tiene al borde de la locura, pero sé que no aceptará tal título porque él pesco al igual que nosotros un titulo profesional y ahora muy digno anda buscando trabajo como cualquier hijo de Dios, para ganarse con el sudor de la frente el pan diario, el que convengo pida con mantequilla para que le resbale mejor, creo en este país hay gente de cualidades excepcionales que está escondida en la penumbra y hago votos para que algún día tengan la oportunidad de resucitar.
Gracias a María Alejandra por este espacio y un gran saludo para la pandilla de obtusos y célibes profetas, los quiero y los extraño un resto no saben cuanto.
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