Kely, Brandy, Alejandro
A flor de piel, cubiertos con el aire circulante, tratando de tapar lo inminente, el corazón y el centro y adivinando cada quien su talante, descubriendo su veto, y posibilitando una intimidad creciente hasta tanto un abrazo sería imposible hasta tanto nos acostumbremos y luego si veremos cada quien lo que hace, a un instante solo somos como otros animales en medio de su hábitat, pero no somos tan solidarios, tenemos entre mente y cuerpo la idea de obscenidad. Pero somos diestros pensadores y absorbemos la pena, más de aquí para allá sentimos en cada cuerpo el calor y el deseo de apego acontecido antes que el placer de saber que estamos desnudos y en cada movimiento algo pueda cambiar o de forma o de tamaño o de imprevisto de sensación para ir a hacer lo prohibido.
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