Por Charlie
Yo no soportaba portar un traje, pero en el funeral de mamá fue lo conveniente en primera instancia para que la concurrencia no creyera que estaba en bancarrota y en segunda instancia para causar esa lastima que hace que las personas te abracen sinceramente.
Con ese mismo traje y una camisa y corbata diferente dije "si acepto" frente al altar, tres meses después portaba el mismo traje para aceptar el divorcio que fue consumado un año después, con cheque y todo.
Como la desgracia suele tocar a la puerta insistentemente mi tío moría después de la terrible agonía que le suscitaba una terrible enfermedad.
Yo mismo con traje y todo me quise lanzar de un puente pero alguien por allí que adivino mi atención me convenció de no hacerlo ya que el puente no era tan alto y según dijo el último en hacerlo quedo parapléjico.
Como si no fuera tanta desdicha mis recursos menguaron y lo único que se me ocurrió fue largarme a la Capital para estudiar Arte Dramático en primer lugar para disfrazar las lágrimas y en segundo lugar para aceptar mi vida.
Yo no sé pero admiro a quienes se atreven a dar el salto al vacío y los que parecen que descifran la intención de la vida, yo estoy haciendo tiempo esperando mi turno, quiero que la muerte se acuerde de mí tarde y por eso ocupo los últimos asientos, mientras tanto aspiro a la belleza de estas letras que contarán luego mis dichosas aventuras.
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