Por XervanteX
Apelando a mi juicio adolescente y hormonal pretendí optar por la tercera opción que era casarme con una mujer y tener un hijo o hija.
Pero el lío es que todos los presentes tenían la consabida idea de que los peor que podía suceder a un humano era casarse... "Peor es casarse" decían.
Y si el mundo fue fértil en algún tiempo y las mujeres miraban a los ojos al hablar y los cerraban al besar, y a fe decían que solo prestaban sus cuerpos si antes mediaba la promesa de amor eterno ante Dios. Eso era conveniente para todos.
Y pido mil disculpas al círculo feminista y vuelvo a pedir perdón porque tanta soberbia y acato rompió el saco y según mi entendimiento adquirido a temprana edad habían mujeres y damas.
A las mujeres les podías pedir la hora.
Las damas se hacían respetar y te daban la espalda.
Las mujeres y tras la liberación femenina se ponían jeans y sujetadores de una talla menor.
Las damas vestían de seda, bordados y ligas.
Las mujeres deambulaban libres.
Las damas frecuentaban salas de té y reuniones elegantes.
Las mujeres decían palabras soeces y utilizaban un vocabulario inocuo.
Las damas se esmeraban en las buenas costumbres al hablar y se comparaban a las francesas.
Las mujeres se enamoraban.
Las damas eran conquistadas.
Sin embargo fui pervertido por una obsesión de perfección y aconteció la elección de renunciar a todo e irme por mi última carta para evadir el servicio militar obligatorio: mi filosofía.
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