Por Charlie
"El destino que nos aguarda: la muerte y el olvido". Fernando Vallejo
Me quedé con el César allí en medio de la plaza esperando el amanecer, los demás fueron rendidos por el sueño y la ebriedad, de repente los primeros destellos revelan inminentes siluetas que se aprovechan de los borrachos y les roban sus pertenencias, de repente vemos surgir de entre la oscuridad a una dama semejante a la misma muerte.
CESAR: Que susto tan tremendo me lleve viendo a esa señora... en serio con su velo negro se parecía a la mismísima muerte...
CHARLIE: Se empecinan en decir que la muerte es una mujer y que Dios es hombre, quizá sea todo al revés...
CESAR: Los borrachos se despiertan como muertos vivientes... no se acuerdan siquiera que existen...
CHARLIE: Que miseria la nuestra desear olvidar lo que ya vivimos... apagar el dolor con licor y más dolor...
CESAR: Cada minuto nace un tonto...
CHARLIE: Pero entonces estamos repletos de ellos...
CESAR: Entonces para otra vez en vez de agua al licor le mezclo cianuro...
CHARLIE: O agua bendita...
CESAR: Genial ver como los ladrones van de cuerpo en cuerpo revisando bolsillos... parecen esos pájaros que comen carroña...
CHARLIE: Y lo fatal es que hay mujeres a las que manosean y dejan semidesnudas...
CESAR: Y sabes qué era lo que buscaba la señora que confundimos con la muerte...
CHARLIE: ¿Qué?...
CESAR: Buscaba a su marido que desapareció hace dieciséis años en pleno carnaval...
CHARLIE: De esas mujeres es que conviene tener... fieles a su dogma...
CESAR: Qué va! quizá ella lo que quería era saber si su esposo halló a otra mujer...
CHARLIE: Yo me inclino por la idea de que ella extrañaba a su esposo y el tiempo que le resta de vida lo iba a buscar... todo por amor...
CESAR: A lo mejor su historia es un disfraz perfecto para ocultar su vicio de robar a los ebrios caídos...
CHARLIE: Lo prefiero a mi modo...
El sol aterriza en nuestro rostros somos seres volubles en el licor y sigo pensando que esto de la vida es una accidente trágico cuyo destino es otra quizá tragedia.