Por Yania S.
Todo aparece como relativo.
De la pobreza tienen culpa los ricos y viceversa.
De la traición el infiel.
"Dios mío! reza el pecador que trata de afianzar su voluntad en algo, pero la diatriba es que vale lo que hacemos no tanto lo que pensamos".
Es tan poco el tiempo y tanto que conocer. Apenas abordamos un poco el universo de posibilidades. Hay tanto que saber y tanto que tomamos por cierto siendo que es falsa.
Entonces los dichosos clericales dijeron que para que alguien no se condene al infierno hay que aflojar el tributo, la limosna o el diezmo, pagar para salvarse y seguir pecando en río revuelto.
En adelante contaré cómo es que nuestra pretensión de cambiar al mundo falló y cómo fue que fue que cambiamos nosotros.
Estamos ante un fin inminente que mediante estas letras esperamos sea un inicio inmediato.
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