XervanteX
Aprendí a leer antes que a escribir,
por eso sabía del silencio y la soledad,
me decían que andaba obnubilado
creyendo que el suelo era el cielo
y que arriba era como abajo.
Deserté de la felicidad nociva
que dice que algo es de uno
y de nadie más ¡mentira!
todo es de todos
nada es de nadie.
Por eso sufre el cristiano,
el evangélico, el insensato.
Propiedad privada es
mi sueño y lo comparto.
Nada esta vetado.
Desobedecí al sagrado,
al Santo y su palabra,
ya todo ha culminado,
conmigo en el infierno.
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