Por MALEV & XERVANTEX
En medio de tanta bruma y pensamiento, la verdad se hace escasa, el humano tiene la razón pero no la verdad, su vida se alterna entre dos finitos puntos, y aún así improvisa, sin embargo nada de lo que se hace tiene un sentido absoluto. Todo es presencia y pensamiento. Quienes consideramos la nada como un cataclismo atómico creador, vamos por la vida haciendo obras creativas de ultima tendencia destinadas al embrujo, y que la vida se goce al máximo sin las obligaciones humanas generales: fiestas, vicios y objetos. La única riqueza es inmaterial, por tanto todo deseo terrenal es injurioso y adverso; teniendo en cuenta que todo lo que hagamos aquí tendremos que tarde o temprano pagarlo con creces. El criterio del clero es prometer una salvación cuando ya para qué... El momento es ahora y aquí, exigimos la liberación del tabú sexual ya que dicha ocultación ha perpetrado el exceso de reproducción involuntaria, exigimos que la corrupción política sea castigada en plaza pública con exhibicionismo... exigimos que el amor sea libre y seguro... Hoy los sistemas nos tienen con las manos en alto, presos, torturados, limitados, y sabemos que nosotros podemos dar más... ellos también lo saben por eso mandan a sus galgos y podencos sobre nuestro rastro y nos sindican del crimen máximo siendo que somos inocentes... nacer no es un pecado, reproducirse quizá si... tenemos de nuestro lado un arma letal que es la literatura que si no acaba con esta realidad por lo menos dará cuenta de nuestras vidas inútiles y sin sentido... por ahora desconfiamos de todo: de la luz del día, de la mirada indiscreta, de la promesa de fidelidad, del sexo inocuo, de la llamada a media noche, del orgasmo, del beso de judas, de la crucifixión rosada, del verso a tiempo y a destiempo, de la promesa de compraventa, del pagaré, de la letra de cambio, de la prueba de embarazo, de la calvicie absoluta, de la enfermedad terminal, de la palabra en todos sus sentidos... Por eso quizá creyéndonos inmortales nos exponemos tanto y si por fin descubrimos que debemos morirnos como cualquiera, entonces perdonen la confusión.
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