Por César Vélez (Q.E.P.D.)
Otra jornada y son los mismos y las mismas, la religión es peor que la política reza el dicho, a quienes deciden por nosotros los vemos cerca en campaña, pero lejos en cuanto ganan, y luego nos preguntamos sobre el por qué de la violencia, los unos quitan la comida a los otros: con impuestos, con Leyes exageradas, lo peor es que nos damos por enterados cuando es tarde. El pueblo es miserable, ciego y mudo, tiene una crisis de identidad se siente minoría, se siente adulado por los perversos candidatos y atacado por los seculares funcionarios nombrados. No hemos podido con ellos desde 1810, ni hemos sido liberados, porque siempre los pobres venimos colocando los votos y los muertos y elegimos por su puesto a los ricos y nosotros seguimos más pobres.
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