jueves, 25 de junio de 2015

MEMORIAS DE UN CONTADOR PÚBLICO NADAÍSTA: PASO VEINTITRÉS

Por Alejandro

Yo subido en un bus voy diciendo una retahíla magnífica:

"Señores y señoras y señoritas por si acaso vengo en el día de hoy a ofrecerles este espectacular libro que es la biografía de mi vida profesional, el producido de la venta es para solventar mis gastos más íntimos y vulgares pues soy un mantenido a punto de ser lanzado de la casa de papá y mamá, sé la movida de ladrones, negociantes de fierros y hampa total pero yo prefiero trabajar honradamente a hacer daño a la gente, la promoción de hoy es de un libro en el módico precio de treinta mil o lleva los dos libros en cincuenta mil, a las personas que me colaboren anticipo bendiciones de mi parte y la de mis papas"

Y me bajo del bus más pobre que cuando me subí, me han robado unas monedas que tenía.

Maldito sistema!

Un Contador Público no sobrevive así, ni tampoco un escritor.

Pago unos minutos de Internet en un puesto sucio y me entero de que me han enviado un certificado de participación en un concurso,  - ¡ni siquiera un cheque! -

Me hace falta tanto amor!

Voy a buscar en otro lado la bala perdida que según el Emperador lo soluciona todo, todo! Señores y Señoras!.  

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